La la love you publicó varias maquetas y después sacó a la luz en 2008 su disco Umm, qué rico! con Familia Musical. Posteriormente, ficharon con la discográfica underground Subterfuge Records y sacaron su disco homónimo, La la love you, en 2013, que ha dejado temazos que la mismísima Amaia Romero ha recomendado como, por ejemplo, «Más colao que el Colacao».
Hemos hablado con uno de los componentes de La la love you, David, sobre su música, el reguetón y el futuro de la banda; entre otras cosas. ¡Ahí va la entrevista!
No es nuestro fuerte ni nos pasamos el día perreando je, je, pero el reguetón y la música urbana latina se han convertido en un género tan grande y tan variado que, por supuesto, hay muchas cosas que nos gustan. ¡No hay prejuicios en La la love you!
Lori Meyers, ¿la canción de «Nofx»?
Creo que tenemos muchas influencias muy variadas pero, sin duda, una de ellas es el punk-pop rollo Avril Lavigne.
Somos muy fans de Blink 182, en los ensayos siempre hacemos versiones de ellos. Y, sobre todo, de los Ramones.
Mmm… No lo sé. No ha sido algo premeditado.
Cuando empezamos a arreglar «El fin del mundo» pensábamos que le quedaba muy bien esta onda más discotequera.
Nos gusta mucho cómo ha quedado, así que no descartamos repetir esta línea.
Pues Malpighi creo que es algo del riñón. Rafa, Rober y yo nos conocimos en el instituto y montamos el grupo.
En el libro de ciencias leímos esa palabra y nos pareció (no entiendo por qué) que molaba.
Al tiempo, se nos pasó el interés por la ciencia y lo cambiamos por La la love you, que es el nombre de una canción de los Pixies.
Pues un caos. Lo mismo que ahora. Todo lo fuimos improvisando sobre la marcha. En el instituto nos gustaban los mismos grupos y queríamos ser tan guais como ellos, ¡así que montamos el grupo!
Nos repartimos los instrumentos casi al azar porque en realidad no teníamos ni idea de tocar, je, je.
Un tiempo después se incorporó Celia. ¡Ella es otro nivel!
Je, je, pues no lo sé. Cuando te has visto la saga de American Pie quince veces, supongo que sale solo. Además, es que somos (y seremos) unos eternos adolescentes. ¡No lo podemos evitar!
Los cuatro somos unos románticos y se nos va bastante la olla… Así que por amor iríamos hasta Laponia haciendo la croqueta si hace falta. ¡Cosas peores hemos hecho!
¡¡Con la gente que viene a los conciertos!! El último, el de Madrid, fue absolutamente increíble. La gente estuvo cantando desde la primera a la última canción a grito pelado. Alucinante, en serio. ¡Mil gracias a todos los que vinieron!
Manías no sé pero, si hay algo que no podemos evitar, es discutir sin parar en los ensayos. Más que ensayos son competiciones profesionales de cabezotas. Pero, al final, nos entendemos.
¿Tinto de verano, colegas y un par de guitarras? ¡Creo que eso me vale! 😊
Je, je, nos hemos copiado entonces. Más que pensando en la forma de consumirla, es por la forma de producir nosotros esa música.
Ir sacando singles nos permite currar de una forma más inmediata. Escribimos una canción, la grabamos y sale. No nos obliga a esperar a tener un disco entero y es más espontáneo. Así las canciones representan mejor el momento del grupo.
¡No lo tenemos muy claro! Un híbrido, como tú dices, puede ser una buena opción; recopilar varios singles y añadir las nuevas canciones que estamos haciendo.
Como decía, nos gusta el formato single, pero a la vez mola sacar un disco físico, un vinilo que se pueda colocar en una estantería debajo del póster de Ramones.
Tampoco lo sé (este es mi triste nivel respondiendo a entrevistas, decir a todo «no lo sé»…). Mainstream no creo, porque nunca hemos formado parte del circuito de la industria mainstream y tampoco sonamos a Vetusta Morla (gracias a Dios).
Así que no sé, etiqueta en blanco a rellenar por el consumidor.
Claro, que te recomiende alguien del nivel (y del buen gusto) de Amaia ayuda mucho.
Nosotros hemos sido muy fans de muchos grupos de Subterfuge, así que para nosotros fichar por ellos era como fichar por los Chicago Bulls.
Es un sello muy ecléctico, con una forma muy amplia de entender la música, así que uno se puede sentir libre de hacer la música que quiera.
Una vez, Roberto y yo de vacaciones salimos de fiesta por el barrio de West Hollywood, en Los Angeles. Íbamos diciendo «¿Te imaginas que nos cruzamos con Marky Ramone?». Pues entramos en un bar y estaba allí, tomándose una cerveza. ¡Parecía una broma!
«Señorita», de Planeta No. Un grupo chileno brutal, que además nos ayudó con los arreglos electrónicos de «El fin del mundo».
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